Wednesday, August 22, 2012

Chasing Chapo

Here's my skeptical take on the Pentagon's efforts to send a Seal team after Chapo Guzmán. Highlights:
Lo más importante es que, al parecer, hay una sola fuente mexicana detrás del artículo, y él se esconde bajo el anonimato. Los autores escriben que “Fuentes militares en México y Estados Unidos confirman la existencia del plan…”, pero no citan ni un solo oficial estadounidense, así que no podemos poner su confirmación en contexto ni saber a qué grado llega. (Es decir, puede ser cierto que se ha discutido, pero lejísimos de ser aprobado.) No identifican ni una sola fuente gabacha, así que es imposible saber si es un personaje de confianza que lo ha confirmado. Identifican al mexicano como parte de la “alta jerarquía”, pero tampoco nos ofrecen pista alguna de su ubicación institucional. Teóricamente, hubiera sido posible llegar a la noticia a través de cualquier coronel que le guarda rencor a Felipe Calderón (que en el artículo sale como el gran proponente del plan). Claro, también es posible que su fuente sea Guillermo Galván, pero sin saber quién es y cuantos eslabones quedan entre él y los protagonistas verdaderos, y sin ver la información confirmada a voz alta por otras fuentes, es imposible poder evaluar su veracidad. El anonimato opaca todo.

Una respuesta es, “Obviamente nadie en el Pentágono va a querer hablar con Proceso”. Quizá, pero la verdad es que lo dudo. Muchos mandos militares y asesores en temas de seguridad nacional se caracterizan por cautelosos y aversos al riesgo. Seguramente, la consideración seria de un operativo arriesgado en un ámbito donde no hay ni una gota de conocimiento institucional habría despertado esta precaución entre los funcionarios estadounidenses. La carrera del periodista Seymour Hersh demuestra que, cuando estos personajes perciben políticas peligrosamente imprudentes, no están ajenos a la filtración mediática. (Si quiere un ejemplo, véase este reportaje del 2007, sobre planes secretos de lanzar un ataque contra Irán; pese a ser un tema bastante delicado y clandestino, Hersh logra citar a varias personas distintas.)

De todas formas, las normas periodísticas existen por una razón. Puede que los reporteros hayan descubierto algo muy importante, pero también puede que un solo oficial mexicano con agenda propia esté filtrando información exagerada o hasta falsa. Al publicar una nota tan explosiva, no puede haber ni una duda de que éste último sea el caso. Si eso quiere decir que algunas historias no se publican, ni modo; mejor perder algunas noticias jugosas que arriesgar la publicación de tonterías. No estoy diciendo que lo de Proceso es una tontería, pero la verdad es que en la gran mayoría de los periódicos y revistas de buena reputación, una acusación anónima lanzada por una sola persona no llega a la publicación.

No me sorprendería que existiera un plan en los corredores del Pentágono para lograr tal objetivo, pero hay muchísima distancia entre la existencia de un plan y la realización de un operativo. Existen planes por un sinfín de planes de contingencias improbables, desde un ataque nuclear contra Corea del Norte a una defensa de Polonia de una invasión rusa. Incluso existe un programa para diseñar aves mecánicas capaces de pasar desapercibidos en cualquier rincón del mundo; hay otra que busca elaborar una droga que elimina el sueño sin dormir. Eso no quiere decir que las Fuerzas Armadas están preparando un ataque contra Corea del Norte ni mucho menos que el colibrí afuera de su ventana realmente lleva una cámara conectada al Pentágono.

2 comments:

gtodon said...

An excellent, level-headed, rational corrective to Proceso's sensationalism.

pc said...

Thanks.